Te guardé en una maleta. Dividido en partes. Una vivencia en cada bolsillo y algunas de tus crueles palabras intentando que la cremallera no cerrara bien. Pensé que si la tiraba en cualquier carretera secundaria, nunca volverías. El caso es que sigues aquí. Las vivencias escaparon de los bolsillos, y las palabras se las llevó el viento. Podría haber despedazado tu cuerpo, y seguramente tus piernas, o tus dedos, no me perseguirían. En vez de eso, intenté destruir tu espíritu, para que dejara de hacerme daño. Pero no funcionó.
Eh, me encanta.
ResponderEliminarQue veas que me hago fiel seguidora desde el primer texto, para que cada vez que abra mi blog, ver si hay algo nuevo en el tuyo :)
Genial texto, perfecta imagen.
Porcierto, ingenioso título para el blog,
¡me mola!
ahora me haré seguidor tuyo también, ya que eres mi unica fan jajaja
ResponderEliminarLas palabras y los recuerdos son obstinados y persistentes: siempre vuelven. Es imposible evitar que el tiempo, cuando se vive desde la intensidad, no deje cicatrices... y maletas.
ResponderEliminarAcabo de amarte para siempre (L) siempre e querido sentirme blogera... lo leera mercedes? SEGUROH.
ResponderEliminarEsta genial te cu eme:) Soy fiel seguidora tambien ;)