sábado, 25 de mayo de 2013

/69/





Estoy harto de que perviertas mi alma absolutista, empeñada en acumular pedazos de mí en tu bolsillo, con esa pose de Cánovas que tienes cuando te levantas. Que me tienes harto del turnismo, joder, que a veces prefieres mis órganos y otras rebuscas en las basuras ajenas. Y yo no quiero más corruptelas en mi fuero interno, soy nacionalista de mis adentros y exijo la voz que no me das.

Que creyéndote demócrata acabas imponiendo tu régimen, mientras yo, en mi burbuja, sigo reconstruyendo mi constitución para no deshacerme. Pero tú implantas las legislaciones, y me reduces a susurros y decretos efímeros. Me tienes hasta los huevos, con tu populismo insulso, tus lloreras y tus bofetones. Tejiendo miradas repletas de demagogia para que los demás se adscriban al revuelo que tienes montado.  

Eres déspota, pero guapa. Yo, que siempre fui de amores fascistas, opresores, me descubro hoy plural. Porque tus leyes, aunque anquilosadas, me convierten. Y ya no quiero más fascismo, exijo democracia, un amor de cantón suizo. Porque todo acaba girando en torno a ti cuando estiras los tentáculos, y en las calles todo es tu recuerdo, y eso que desde la última vez que te vi, para mí solo eres propaganda. Y esto ya no puede ser, necesito nuevos amores, corazones ilustrados, besos regeneracionistas.

Desde tu trono, continúas con los trienios liberales cuando te aburres, pero cuando acudo a tu puerta, me sonríes ominosa, dispuesta a sustituirme por Cien Mil Hijos de Puta. Me agarro al republicanismo para negarte por última vez, pero tus mordiscos parisinos me lo impiden. Porque cuando estás débil, titubeante, me disparas de nuevo para tenerme una vez más a tu completo servicio.

Con este, son ya 98 los desastres que has gestado, y yo sigo con mi ímpetu imperialista. Perdí las colonias de tu cuello hace tiempo, pero me convenzo de que son recuperables, de que están impregnadas de mi esencia. Siempre me dijeron que la Historia hay que aprenderla, para nunca repetir los errores. Pero contigo no funciona.

La Pepa, la zorra más grande que jamás conocí.

2 comentarios:

  1. Autocrítico, muy oportuno y afortunado en las asociaciones, divertido, siempre entrañable, en fin: Juanra.

    ResponderEliminar
  2. Amor, política e historia nunca habían hecho tan buenas migas hasta verse unidos por tu pluma. Touché.

    ResponderEliminar