jueves, 15 de septiembre de 2011

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Porque sé que respiras por mí. 

Porque cuando sonrío, sonríes. Porque cuando lloro, me haces sonreír. Porque disfruto perdiéndome en todos tus recovecos, recorriendo tus arterias, soplándote el corazón hasta el infarto. Porque me pones la piel de gallina a mordiscos y succionas mis gemidos hasta que un escalofrío eléctrico me recorre el cuerpo. Porque te corres cuando mis besos habitan en tu cuello y mi lengua escala el relieve de tus molares.

Porque me robas los guantes mientras duermo. Porque te miento cuando crees que duermo. Porque me haces cosquillas al girar la esquina y te ríes mientras lo haces. Porque me enfado mientras me empalmo. Porque te meto mano cuando la película empieza a aburrirme. Porque me dices que pare y en el fondo no quieres. Porque te digo que quiero parar y en el fondo no puedo.

Porque yo también respiro por tí.

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