miércoles, 22 de diciembre de 2010

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La vida es perra. Ojalá fuera sólo un ladrido de vez en cuando, pero es perra de verdad…de esas que te muerden y nunca te sueltan. No sé por qué es tan perra conmigo, si yo no tengo pedigrí y hace años que no estoy en celo... Me pone un hueso delante para que le dé la patita, y después de dársela, la vida simplemente se ríe y se queda con el hueso. Casi nunca me da sobras, y cuando me las da, están envenenadas. Me pasa las pulgas y me obliga a correr por el césped, pero siempre consigue engañarme para que crea que estoy bien. ¿Sabes cual es el problema? Ha crecido. Y cada día muerde más fuerte.

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